El autor, no habla de su fabricación, sino de su nacimiento como el momento en el que finalizó cada una de las piezas, otorgándoles personalidad con la actitud de cada una de ellas. El material con el que se realizan permite que cada pieza sea ligera (no suelen sobrepasar los 6 kg) y deje pasar la luz y la imagen a través. Consigue que lugares bellos, se conviertan en mágicos.
Unos pequeños seres se cuelan en jardines. El escultor Derek Kinzett da forma (y vida) a estas criaturas, que parecen que se han escapado de sus mundos para formar parte del nuestro. Realizadas con alambre y gran realiasmo a escala natural, estos personajes parecen no solo formar parte del paisaje, sino a la vez estar disfrutando de él realizando las actividades más habituales, leen, observan o montan en bici.
Etiquetas:
Escultura
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